Pues sí, increíble trabajo. Sólo bastó una llamada de mi amiga Rocio y allí todo empezó.
Quedé en la tienda con Laura y Sonia, y allí me empezaron a contar sus ideas.
Sus hijos y los compañeros de éstos, habían pintado en cuadrados de tela de 20*20 unos dibujos que unidos entre sí, se convertirían en una manta para su profesora Mª Isabel.
La idea me encantó, y me vino a la cabeza la manta que realicé como regalo de unos amigos para una boda.
Como estos proyectos me encantan, enseguida me puse a coser y coser.
Cada bloque era una idea plasmada de un niño, trazos que realizaban de sus manos, modos diferentes de interpretar todo lo vivido y aprendido con su profesora..